La práctica de sobreventa de vuelos, consistente en la venta de más boletos que asientos disponibles en la aeronave, es legalmente reconocida no solo en México sino a nivel mundial.
En estricto sentido, sólo en el caso de que se haya pagado en su totalidad el boleto con anticipación, se podría argumentar un incumplimiento de contrato de transporte aéreo si la aerolínea niega el embarque a consecuencia de sobreventa. Caso contrario, es decir, si sólo se hizo la reserva o no se han pagado en su totalidad, no existiría incumplimiento de contrato.
Aún así, sin importar si el pago del boleto se hizo o no, la ley mexicana protege al pasajero afectado al establecer el derecho a ser indemnizado, así como a que se le proporcione asistencia, hospedaje y comunicación, una vez que se le negó el embarque por esta causa.
Ya que como sabemos, dichos márgenes son bajos en comparación con otras industrias, debido a sus altos costos fijos y que las obliga a administrar su inventario (aeronaves y asientos) de la manera más eficientemente posible.
Las diversas iniciativas para reformar la Ley de Aviación Civil con el objetivo de prohibir o restringir la sobreventa de vuelos que se han presentado recientemente, que lejos de beneficiar al pasajero, lo perjudica. Esto ya lo había confirmado la IATA en un comunicado de 2017.
Por ejemplo, las aerolíneas tendrían que adoptar medidas más estrictas en cuanto a los límites de tiempo de emisión de boletos de pasaje para asegurar que las aeronaves lleven el menor número de asientos vacíos, y con esto hacer más eficiente el uso de sus recursos e inventario.
También podría elevarse el costo del boleto o restringir las opciones de reembolso a pasajeros, limitándose con esto la flexibilidad de precios de boletos que tiene el pasajero en la actualidad.
Por último, según también lo comunicó la IATA, el asegurar que el mayor número de asientos se ocupen en un vuelo, trae beneficios para el medio ambiente, puesto que reducen las emisiones de carbono por pasajero.
Al prohibir o restringir la sobreventa de vuelos, se generaría un mayor número de asientos vacíos, debido al porcentaje de pasajeros que no se presentan a abordar. Lo cual no es muy favorable para una aviación civil sostenible.
Foto de Unsplash: Phil Mosley
Por Equipo de Derecho Aeronáutico