El país adolece de las plantas que permitan la producción de bioturbosina, así como el marco legal que facilite la inversión privada en este combustible.
Esto, junto con otros factores, dificulta alcanzar las metas en materia de protección al medio ambiente en el transporte aéreo internacional. Es decir, llegar a las cero emisiones netas para 2050, según lo acordado en la Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en octubre del año pasado.
En marzo de este año, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), determinó la existencia de barreras a la competencia en los mercados relevantes de la cadena de valor de turbosina.
Por tal motivo la Cofece recomendó, entre otras cuestiones, que la Comisión Reguladora de Energía establezca una regulación que determine la participación máxima de Pemex en la reserva de capacidad. Lo anterior ya que la mayoría de capacidad se encuentra contratada con esta empresa estatal y no existen límites al respecto. Lo cual dificulta la entrada de competidores. https://lnkd.in/ghCDMPB4
Atendiendo a la recomendación de la Cofece, es necesario adaptar el marco regulador, para incentivar que otros inversionistas participen en la producción y comercialización no sólo de turbosina, sino también de biocombustibles.
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